

Tendrá algo que ver con esto el último libro de Eduardo Punset "El alma está en el cerebro"? Me muero de ganas de leerlo.
El titulo de la entrada como se puede ver, corresponde a este articulo publicado en El Pais el 27 de Octubre de 1997, y firmado, entre otros, por Pedro de Silva, en la que abogaba por una reforma del Psoe y expresamente decía que éste, debía convertirse en un "Partido de los derechos".
Hoy, al leer su habitual columna en La Nueva España, que os recomiendo, lo recordé y no me pude resistir a reflejarlo aquí. Estoy totalmente de acuerdo con él, con lo que decía entonces y con lo que dice hoy.
Se refiere a la necesaria, por ética y por higiénica, posibilidad que debemos tener los afiliados al Psoe de disponer en nuestra vida partidaria, de al menos, los mismos derechos que en la vida civil.
Además de lo dicho, yo añadiría, que es una pena que no se copie de aquellas organizaciones que han perdurado a lo largo de los siglos, caso de la Iglesia Católica, que no expulsa de su seno practicamente a nadie, ya puedes arremeter contra ella, que no te borrará de sus listas, y así, a lo largo del mundo, su representatividad parece seguir siendo de las más importantes, al menos cuantitativamente.
Este tipo de actitudes y actividades, de suspensión de militancia, (que en puridad no es lo mismo que expulsión, pero bueno) o de expulsión no denotan sino debilidad de quienes la practican, ya que no parecen sentirse capaces de mantener agrupada a la tropa si no es con prácticas militaristas, de "callar y obedecer".
Tampoco me parece que determinadas actitudes y provocaciones de los hipotéticamente "disidentes" o "discrepantes" y ahora "suspendidos" o "expulsados", hayan contribuido a pacificar el ambiente y a legitimar su causa. No por más espatuxar se tiene más razón.
Yo quise irme una vez y me dieron una segunda oportunidad. Os aseguro que la estoy aprovechando. La democracia se practica con democracia y 5 son más que 4. Así que quienes quieran cambiar las cosas, deberán convencer al resto de sus razones para que los apoyen, mientras tanto, las decisiones las adopta la dirección.