22 marzo 2007

ANGEL ARIAS

Hoy ha llovido durante todo el día en Oviedo. Como soy una persona inteligente, se la importancia que esto tiene y la suerte que tenemos en Asturias, que aunque ultimamente poco, aun llueve y los prados siguen verdes, pero me deprime, jolín, soy una persona de luz, que no de sol luminoso, pero necesito LUZ, también el nombre tendrá algo que ver, quien sabe.
Sin embargo esta tarde, con lluvia incluida, ha sido luminosa: me he reencontrado en carne y hueso con un viejo amigo: Angel Arias .Esto de practicar lo que él y yo practicamos desde hace muchos años en clave de humor, llamado "esgrima mental" es un verdadero placer, solo reservado a seres con sentido del humor y por tanto "inteligentes" (Has visto como tengo el ego? estoy que me salgo).
Necesito practicar esto más a menudo, me hace sentir bien, me da seguridad en mis convicciones y me hace disfrutar. Y encima (con permiso de Mª Jesús) me alegra la pestaña. Dios, qué hombre más interesante.

GRACIAS ANGEL

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente blog... Nos gustaría que se sumase al google-bombing contra LD... Seguro que su conciencia se lo agradece.

Anónimo dijo...

Esta semana me comentaron que la lluvia era el tributo que tenía que pagar Asturias para luego tener el privilegio del verde, mejo diría de los verdes... Una palabra tan solo para describir tantos matices cromáticos en un mismo arco no deja de ser una limitación.
Veo que se va consolidando la idea que me impresionó esta semana valorando al profesor Pueyo de asociar humor con inteligencia. Es que el humor y el buen humor emergen de una visión de la realidad que supera la coyuntura de la inmediatez y sobrevuela los intereses inmediatos.
¡ Qué pena que nos puedan los listos y no dejen gobernar a los inteligentes ¡
Desde la aldea.

Anónimo dijo...

Querida Mari Luz:

Aún tengo coloradas las orejas de la vergüenza/pudor.Qué comentario tan desmesurado hacia mi persona, pero también, que alegría y qué orgullo sentir que alguien valioso te aprecia tanto.

Como la mayor parte de las veces, y por fortuna, los sentimientos son recíprocos.