Después de asistir el domingo en Cudillero al funeral por Manuel Alfredo Pérez, pensé que debería escribir aquí al respecto. Y he tardado hasta hoy porque es una tarea francamente dificil. Qué se puede decir que no resulte vacuo? Para mí, Manuel Alfredo no era en puridad, un amigo, pero tampoco un conocido, sino algo más. Fue un buen compañero, asequible, amable y algo que cada día escasea más, como confirma el propio personal de la Junta General, a la que pertenecía, y también de la Universidad, una persona muy educada, que no es poco hoy día.
Esta lamentable pérdida, debería servir de aldabonazo para todos aquellos, y de manera especial algunos políticos, que llevan una vida estresante y agobiante, en definitiva insana.
Hay que reivindicar hacer política de otra forma, mucho más equilibrada. Yo le decía el domingo a Javier, que si el Psoe ha sabido promulgar una Ley para conciliar la vida laboral y familiar, ahora, esos mismos dirigentes, han de ser capaces de conciliar el tiempo de trabajo y el de ocio. Necesitamos tiempo para estar a solas, para pensar, para estar callados. Sobran tantas horas perdidas en reuniones estériles, en discusiones fraticidas, en enfados artificiales.
CATAS 1 A 3
Hace 21 horas
4 comentarios:
No conocía a Manuel Alfredo que citas.
En cualquier caso, lo siento.
Un abrazo.
Hay hombres que luchan un día
y son buenos.
Hay otros que luchan un año
y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años
y son muy buenos.
Pero hay los que como Manuel Alfredo luchan toda la vida:
esos son los imprescindibles.
¡Que la tierra de la Atalaya te sea amable!
Un rayo de sol, una idea sensata, un café, un pitillo. Siempre nos recordarán a Manuel Alfredo.
Hola, ando un poco perdida por ahi, pero de vez en cuando vengo. Manuel ALfredo era una persona. Amen de persona, excelente. Esto, hoy, no abunda.
Susana
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